18ª Gota de Rocío - El último día dejaron una pregunta y varias dudas ¿Quién es Juanita?

Publicado el 24 de marzo de 2022, 13:38

 

Maria Elena: 

Por lo que yo aprendí, los incaicos no hacían sacrificios humanos, eso era cosa de otros pueblos y en otros lugares: los Mayas y Aztecas. Pero la arqueología se ha desarrollado en el Perú y han debido cambiar esa apreciación, pues han surgido señales inequívocas de sacrificios humanos —incluso niños— en las tierras del Tahuantinsuyo. 

El arqueólogo Johan Reinhard y el montañista Miguel Zárate, en una expedición en 1995 al volcán inactivo llamado Ampato, ubicado en la región peruana de Arequipa, vieron como, las cenizas de un volcán cercano, había comenzado la fusión de la nieve en la zona. 

A consecuencia de este deshielo, la momia quedó al descubierto, rodó por la ladera y por eso la encontraron. La niña, cuando murió, tenía entre 12 y 15 años de edad. Al parecer, fue parte de una ceremonia llamada Capac cocha (obligación real). El Inca ofrecía a su padre Inti lo más valioso del Imperio: la vida de una mujer joven y, por supuesto, la más hermosa. 

 En la fiesta de Inti Raymi, (Señor Sol), se hacía la Capac cocha, así como por la enfermedad, muerte o coronación del inca y también para pedir buenas cosechas o alejar las sequías, sismos o erupciones volcánicas. 

Esta ofrenda era frecuente en el Imperio Incaico. Posiblemente, Juanita murió durante el reinado del Inca Pachacútec. 

Fue encontrada congelada, no fue momificada artificialmente, como las momias egipcias. Su piel, sangre, pelo, órganos y contenido del estómago, así como las ropas y adornos, están muy bien conservados.

Encontraron un fardo envuelto por un manto, colocado cuidadosamente, junto a objetos diversos, entre ellos varias estatuas pequeñas de arcilla, conchas (mullu) y joyas de oro. Eran las ofrendas a los dioses. 

La chicha y las hojas de coca habrían sido utilizadas para narcotizar a la muchacha, una práctica —al parecer habitual— entre los incaicos antes de ofrecer la vida de sus víctimas. En el caso concreto de Juanita, la radiografía presentó un golpe contundente con una porra en la cabeza, esto provocó una hemorragia masiva, causando su muerte.

Sus cabellos están muy bien conservados. El análisis isotópico dio a los investigadores información sobre la alimentación —durante años— de la joven. 

Antes de ser escogida para el sacrificio, Juanita llevaba una dieta normal a base de patatas, quinoa y verduras. Pero un año antes de la muerte, la muchacha empezó a consumir alimentos propios de las élites incaicas, proteínas animales:  vicuña, llama, cuy y maíz, así como coca (Droga) y chicha (Alcohol). 

Esto nos hace pensar en una niña elegida por su gran belleza, llevada al Cusco, donde la alimentaron y cuidaron para ser la mujer más hermosa del imperio. Entonces la trasladaron a las alturas de los Andes, la drogaron y golpearon, matándola. 

 

Pedro: 

Es una descripción cruda, pero verídica de un suceso histórico, desmontando —en parte— la visión idílica aportada por algunos autores, especialmente marxistas, sobre este gran Imperio. Lo presentan como una sociedad idílica donde el gobierno siempre fue para beneficio de los súbditos: nunca nadie pasó hambre, ni sufrió abusos, ni injusticias. 

Sí, tenía un defecto: era una sociedad piramidal, pero siempre el Inca actuaba en beneficio del pueblo, esa era la razón de ser del Estado Incaico por mandato del dios Inti. 

Por desgracia, los españoles llegaron interrumpiendo la gestación de una de las más grandes civilizaciones del mundo, donde —de manera espontánea— pues no habían tenido relación con las ideas de Marx, afloraban las intuiciones geniales del marxismo y se estaban consolidando.

Pretendieron aplicar al Incaico la visión marxista, donde la nobleza incaica sería un trasunto del Partido Comunista, con la misma misión: dar a cada uno según sus necesidades, desterrando así la pobreza y la injusticia. 

Me parece un planteamiento utópico, alejado de la realidad de la sociedad incaica, donde descubrimos además de los sacrificios humanos (Juanita no fue una excepción lamentable) había trabajos forzados: la mita era obligatorio para todos los varones, recibían una compensación de comida o vestido, pero en muchas ocasiones se convertía en casi esclavitud por su duración y peligrosidad. 

La utilizaban para las obras públicas, como la construcción de acequias, puentes, caminos, tambos, etc. 

     ¿Cuántos fueron destinados a construir Machu Picchu? Y no estaban muy contentos, pues una hipótesis reciente nos habla del abandono precipitado de su construcción, dejando varias piedras a medio trabajar, sería cuando quienes mandaban huyeron, al caer Cusco, en poder de los españoles, marcharon a sus pueblos de origen y —tal vez— apoyaron a los recién llegados.

Nadie le habló a los españoles de la ubicación de Machu Picchu, por lo que fue desconocido hasta varios siglos después. Al norteamericano Hiram Bingham, en 1911, se le atribuyó el “redescubrimiento”,  pues los lugareños de la zona conocían las ruinas de una gran ciudad, pero nadie la valoraba. 

Otro día hablamos de tantas etnias masacradas en su meteórica expansión y, por tanto, la liberación causada por la llegada de los españoles.

En México, durante este bicentenario, está creciendo una corriente de historiadores valorando la acción de las etnias subyugadas por los Aztecas, como actores principales de los hechos de hace 500 años, lo mismo se empieza a ver en el Perú. Los auténticos protagonistas de la caída del Imperio Incaico son los chimús, los chinchas, los cañaris, los chachapoyas. Los verdaderos héroes.

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